¿ Por qué estamos tan solos ? ¿Acaso es una condición del ser humano que no logramos asimilar ? ¿Nos amputan los brazos si confesamos?
¿Por qué en la mayoría de casos las batallas se libran dentro? ¿Por eso hay guerras? ¿Porque nos da vergüenza admitir que necesitamos algo mucho más allá de la materia ?
Supongo que nos hemos acostumbrado a que nos oigan, pero no a que nos escuchen, y en esa diferencia abismal está lo que nadie se atreve a decir.
¿Por qué nos tocamos tan poco? ¿ por qué es tan importante defender o defenderse ? Para cuando te das cuenta ya lo has perdido todo.
Gritar no salva, en realidad no salva nada, vamos por la vida con nimiedades haciendo como que no importa. Esperando que llegue el fin de semana para nada, como si se pudiese coger aire de lo externo.
A mi me pasa, que digo que estoy cansada cuando no me salen en realidad las palabras de cómo me siento. El cuerpo lo sabe y cuando está lleno de desesperanza y falta de amor, se duele así mismo y me avisa para que pueda tener una excusa diciendo “estoy cansada”.
¿Conocemos realmente la alegría? Si. Creo que si, aunque no podría afirmarlo del todo después de descubrir que la felicidad sólo es un árbol al que agarrarse porque no hay quien aguante tanto incendio vital.
¿Por qué el miedo a que se desenamoren de ti siempre es unilateral ? Por qué tendemos casi siempre las mujeres a permitir cosas que nos agrian por dentro solo porque se queden un poco más? ¿ para qué?
¿Las preguntas son personas que nos duelen? ¿O son las respuestas?
¿Aprendemos a pensar gracias al sufrimiento ?
¿Y si ya no quiero que me duela nada y me importe nada, estoy realmente más cerca de la vida o de la muerte?
Me quiero. Estoy enamorada de mi. Me abrazaría hasta quedarme dormida. Me escucharía hasta despertar estatuas. Me cogería al vuelo en cada salto. Me dedicaría todas las canciones. Me interesaría todo de mi con ojos de te quiero, por delante y por detrás, como una transparencia. ¿Y entonces?
Nada. Lo externo. Que no para. Que quiere vencerme. Que le da miedo mi amor. Me lo he trabajado mucho, con muchas lágrimas, me he tenido que ver por dentro muchas veces, me he dolido demasiado y he sanado y analizado el subsconsciente como pocos se atreverían. Por eso me he hecho sagrada.
Por eso ya no me toques. Porque desestabilizas mi verdad con tus mentiras. Porque nunca vas a poder quererme como yo me quiero. Porque ya no estoy dispuesta a bajar de nivel.
Y entonces te quieres, y te dejan de querer. ¿ te querían?
A ratos supongo, como la felicidad.
¿Y por qué permitimos que nos roben hasta lo que más nos ha costado conseguir ?
¿ Por qué siempre no existe y vale más un a veces? Hoy no quiero preguntarme nada, responderme sería meterme en la boca del Lobo y en el abismo se conoce gente maravillosa. Tengo miedo. No sé a qué. Supongo que a hacerme cargo de la realidad porque había soñado con justo lo contrario.
¿Quien decide por mí lo qué es la vida, si yo no creo en Dios?
Mi vida es mía y yo decido lo qué es y lo que quiero que sea.
Llevamos años de existencia y nos seguimos haciendo las mismas preguntas. Desde la edad romana, ¿qué estamos haciendo mal?
Volvamos a empezar, ¿por qué nos sentimos tan solos? Por qué leer a Murakami me abraza mil veces más que cualquiera? ¿Por qué mi cabeza construyó lo que había y lo que tenía ?
¿Por qué me he dejado hacer tanto daño siempre?
No hay casillas donde marcar opciones que me aprueben o me suspendan. No es un test al que rendir cuentas de lo que he aprendido en lo que llevo de vida. No es nada, sólo un espacio vacío en una habitación conmigo.
Me acuerdo de los suicidas y me pregunto si este fue uno de sus momentos previos… Trago saliva, les quiero abrazar el frío.
Y marco en verde,
arriba casi en la esquina,
un sobresaliente suspendido.
Porque me hubiese gustado decirles, que si se acababa el amor, se podía ir a por más.
